La moda cambia siempre. Temporada de primavera-verano, temporada de otoño-invierno; vas a una tienda y a la siguiente semana, es ropa totalmente nueva. Pantalones, vestidos, abrigos…todo cambia sin parar. Pero transformaciones de gran magnitud, de las gordas de verdad, es difícil que ocurran.
Y a cambios grandes me refiero a los que no son de temporada. Comprar por Internet, por ejemplo. El lujazo de poder comprar ropa online y devolverla si no nos gusta o no nos queda bien, todo sin moverte de casa. La multitud de tendencias que se crean en la calle de la mano de millenials, influencers… Las grandes cadenas de ropa de moda low-cost o accesible para todos. Todos son grandes cambios en el mundo de la moda que se han instaurado de forma permanente y que nos han alegrado la vida (menos la moda de las medias-calcetines altos, que esa nos destroza la vista).
Pues a todos estos, tenemos que añadirle uno nuevo: la ropa de segunda mano. La reventa o resale, una moda que lejos de hacernos sentir vergüenza, nos produce cierto orgullo al llevarla puesta.
Parece ser que el mercado resale fue consecuencia de la crisis económica. Un tiempo en el que vestir ropa usada estaba mal visto. Ya no existe rechazo a este tipo de ropa con una vida anterior; ahora el rechazo proviene de la fiel clientela de estas prendas hacia las grandes cadenas de ropa.
Los millenials y no tan millenials que acuden a estas tiendas, apremian la originalidad y apoyan el pequeño comercio. Como siempre le digo a mi amiga fan incondicional de las tiendas de segunda mano: «Solo una tía como tú, con tanta personalidad, puede vestir ropa como esta». Y es cierto lo de que hay que tener una gran personalidad y querer ser diferente (en ocasiones, la ropa vintage, se nos va de las manos). De hecho, las influencers tienen mucha culpa de esta moda. Cada cierto tiempo hacen markets para vender a precios muy bajos la ropa que les regalan las marcas, que se compran y ya no se ponen, o que ya no les quedan bien (las fans se vuelven locas comprando).
Puede ser una moda por un tema de ¿rebeldía?. La gente se ha rebelado al hecho de tener que cambiar tu armario cada poco tiempo para estar a la última, aunque sea muy barato. Vistiendo de segunda mano eres más diferente (serás la única que no lleve ese último vestido de Zara que tiene toooodo el mundo).
Además, otro motivo es el reciclaje. ¿Por qué no reciclamos ropa y sí el cartón de la leche? La industria textil es una de las industrias más contaminantes.
Para terminar, unos datitos. Según el ThredUP, uno de los principales portales de venta online, el resale supone el 6% de lo que tenemos en el armario comparado con el 9% del fast fashion, pero se prevee que para dentro de 10 años la relación será del 11% contra el 10%, ganando la venta de segunda mano.
Y tú, ¿has comprado alguna vez en una tienda de segunda mano? Si no lo has hecho, eres un loser, porque la gente dice que mola mazo.
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