¡¡Aupa!!
Resulta que el otro día quedé con un colega que hacía mazo tiempo que no veía. La cuestión es que después de una noche de gaupasa y de unos txikitos de más, con más confianza me dijo: KABENZOTZ! ¿Qué te pasa, pues? Tienes una mezcla muy rara al hablar…
¡Apa! Y es que el problema es que tengo un cacao de acentos de la leche. Entre que el galopín (mozo, novio, chaval) que es madrileño y su egque; el arte andaluz de la familia, amigos de muchas partes y mi acento nato vasco… ¡¡Imaginaos!!
Por eso os traigo mi ayuda. Con estas expresiones típicas de algunas comunidades autónomas no os volveréis a sentir que os peta el cerebro cuando tu amigo catalán os invite a un pica-pica.
Nuestros vecinos catalanes son los reyes de generar palabras o expresiones que nos vuelven completamente locos. No tienes que para la mesa cuando oigas «para la taula»; con que coloques los platos y el mantel, listo. También son muy de poner «el» o «la» delante de los nombres propios (algo que nos chirría al resto de mortales). Ten cuidado peripatético con el juego de palabras de «fer trempar»; nada que ver con trampa, sí con que algo te excite.
Y lo que más nos trae por el camino de la amargura es ese lío que se traen con el «ahora vengo» (¿pero que mierda os pasa?). Es un caso perdido para los catalanes el verbo ir/venir/volver.
Vamos a fliparlo un poco con Madrid. Sin entrar en mucho detalle con su famoso laísmo/leísmo, pasando por sus palabras más canallas como mazo, chupa, kely, buga; y sabiendo que tengo que pedir un mini para que me den un litro de cubata en vaso de plástico (vamos, un katxi para mi).
Cucha, le toca a Andalucía. Si ves a un andaluz con mucha prisa, es que va follaicovivo. Tener malafollá es una forma sutil de decir que tienes un carácter un poco seco. Vamos, ser un antipático. Su sistema de medida se basa de menor a mayor en: un pelín, una mijilla, una chuminá, el pedazo, una pechá, una jartá y un huevo. ¿Se te va la molla (cabeza), no?. No te enrites (enfades) que es peor.
Los vascos, mis preferidos, claro. A mí no me gusta ir de cañas, yo poteo. Pepelerdo (gilipollas) o tontolapikoa (tonto del bote) como insultos claves. Nunca llueve, solo es un xirimiri tonto. Terminamos muchas frases con nuestro famoso «pues» (no entiendo tanto alboroto con esto, pues).
¡Qué jatorra eres, Ander! Porque merece la pena tanta jota y erre para llamar majo a un vasco. Con nuestra gastronomía nunca está de más mirar los goxos que hay en las pastelerías.
Nuestro más conocido «ahi va la ostia» vasco = oh my god. No hay coletilla más representativa ni pegadiza.
¿Sabéis de algunas más?
You might also like
More from Cultura
Así suenan las canciones benéficas que luchan contra el coronavirus
Y confinadas también. Porque estos trabajos son fruto de esta cuarentena que nos está tocando vivir. Lo que hace tener tiempo …
Espectáculo de mentalismo interactivo en streaming por Pablo Raijenstein
Ya sé que estamos subiéndonos por las paredes. Tantos días encerrados en casa están pasándonos factura. Hay miles de opciones …
Estas son las fotografías ganadoras del World Press Photo 2020
Como cada año, esta semana se ha revelado el ganador del prestigioso concurso fotográfico World Press Photo. Se trata de …