Todo empieza como una manera de impulsar el turismo en un pueblo de Japón llamado Inakadate (no podía ser de otra manera, estos japoneses son la pera limonera).
Este pequeño pueblo decide sembrar diversos tipos de arroz con la intención de crear obras de arte a gran escala. Los agricultores japoneses siembran diferentes plantas para tener mayor diversidad de colores y transforman miles de metros cuadrados de terreno de arrozal en bellísimos murales de arte típico japonés.
El arte tanbo (que es la forma de llamar a este arte del arrozal) utiliza la tecnología de los ordenadores para diseñar los dibujos y saber dónde y cómo tienen que plantar el arroz.
Lo alucinante (aparte de la creatividad loquísima de estos genios), es que seguramente pensamos que estas obras de arte tardan en producirse mucho tiempo. Pero estamos muy equivocados. Resulta que en menos de 6 semanas estarían listas. Sin embargo, todo tiene su lado malo; la pena es que tampoco duran mucho los mosaicos. En Julio estarían listos y a mediados de Agosto, se consechan y ya, hasta el siguiente verano.
Os dejo a continuación algunas imágenes para que os entre el gusanillo de ir a visitarlas.
Creemos que no hay mejor forma de revivir una ciudad pequeña y convertirla en un actractivo turístico. Además, se consigue de una manera muy original y sostenible, sin dañar el planeta.
¡Y TODO VISITANDO GRANDES OBRAS DE ARTE JAPONÉS!
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