También podría llamarse Trucos para hacer la maleta y no morir en el intento. Hacer la maleta es un suplicio, lo sé.
Es hora de hacerla (a última hora como siempre) y te tiras de los pelos porque no te cabe todo lo que te quieres llevar en la puñetera maleta. Puede ser que sea un viaje largo y en el que no te apetece nada echar en falta ropa de tu armario. Ni el portátil, ni el libro que estás leyendo, ni la cámara de fotos y mucho menos prescindir de ningún bañador nuevo de tu colección.
La primera norma que hay que cumplir es dejarse de «por si acaso». No lleves nada que no vayas a usar o que no hayas usado hasta el momento. Tienes ese vestido veraniego muerto de risa en el armario, sí, pero… no lo pasees por el mundo, porque todos sabemos que no te lo vas a poner.
A partir de esta premisa, vamos a intentar que entre todo en nuestra maleta. Si sigues estos tips, te sorprenderá la cantidad de cosas que caben en una maleta de cabina (y te ahorrarás la facturación).
No dobles la ropa, hay que enrollarla. Verás que de este modo aprovechas mejor los recovecos interiores y encima, la ropa no se arruga.
Aprovecha el espacio de los zapatos para meter cosas. Una buena opción para aprovechar ese espacio son los calcetines, pero podemos meter cualquier cosa; sobre todo algo delicado, como las gafas.
Y para que éstos no ensucien la ropa con la suela, aprovecha los gorros de ducha o las calzas que te dan en el hospital.
Si es un viaje corto, no merece la pena llevar los botes enteros de cremas, champús y esas cosas. Hay botes pequeños para que los rellenes. Pero si quieres economizar, aprovecha los portalentillas.
Para no llevar los cables, los auriculares, los tapones para dormir o cargadores sueltos por la maleta, podemos usar una funda de gafas para guardarlos.
Me pasó una vez, lo admito. Todos hemos tenido alguna fuga de algún liquido que te ha destrozado la ropa y demás enseres. Por eso, aprendí, y con un papel film transparente tapé la boquilla del bote y lo cerré. Así, cero derrames (y dramas).
Utiliza cajas de caramelos para guardar cosas pequeñas, como horquillas o pendientes. Aunque para éstos últimos, los botones son ideales para llevar el par junto sin que se pierda.
Las pajitas son nuestra salvación para evitar estar horas desenredando nuestros collares.
La experiencia es un grado. De tanto hacer maletas al final aprenderás mil trucos. Pero recuerda, lo de sentarte encima para poder cerrarla es historia. Si tienes que hacerlo, algo estás haciendo mal.
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