La mayoria de nosotros sabemos lo difícil que es la tarea de encontrar una casa «ideal». Nos fijamos mucho en si la ubicación es la perfecta, si el precio del alquiler no es desmesurado, si le da el sol, si tiene calefacción central… En fin, esas cosas que son importantes para nuestra comodidad. Pero no nos damos cuenta que tener unos buenos vecinos es como jugar a la lotería: es un milagro que nos toquen.
Seguro que todos hemos tenido alguna vez un vecino molesto. Ya sea porque pone el regaetón a todo volumen a las 10 de la mañana (que no es que esté durmiendo, pero no son horas de que retumbe toda mi casa), porque la fiesta del sábado se va de madre y encuentras algún «regalo» en el portal a la mañana siguiente, porque el perro del vecino no está muy bien educado (igual que el dueño, claro) o porque ocupa parte de tu plaza de garaje y «te las ves negro» para aparcar.
El caso que tenemos pocas opciones: o ir directamente a hablar con el para mostrarle nuestro descontento o dejarle una nota en el portal para que la lea (el y todo el vecindario, así de paso le hacemos pasar vergüenzita).
A esta gente se les acabó la paciencia, pero verás que no la creatividad.
1. El vecino dispuesto a echarte siempre una mano.
2. El vecino amenazador.
3. El vecino fanático de Harry Potter.
4. El vecino «mediador familiar».
5. El vecino que lo ve todo.
6. El vecino hospitalario.
7. El vecino que está deseando «spoilearte».
8. A buen entendedor…
9. Los hay que son muy educados. Ojalá todos fueran así.
10. El vecino que usa la psicología inversa.
Y tú, ¿has recibido alguna vez alguna nota?
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